El diseñador chileno Diego Becas ganó el Premio BolognaRagazzi (BRAW) 2023 en la categoría no ficción con el libro Art of Protest

13 de marzo de 2023 | Noticias, Premiación

Un total de 2.349 títulos fueron presentados por 644 editores de 59 países y regiones de todo el mundo. Las cifras del Premio BolognaRagazzi (BRAW) 2023 confirmaron un aumento en el número de entradas nuevamente este año, con libros de Bangladesh, Chipre, Macedonia, Malasia, Puerto Rico y Venezuela, que llegaron a las mesas de los jurados por primera vez.

El reconocimiento se realizó en el mes de febrero en la feria del libro ilustrado más importante del mundo: la Feria del Libro Infantil de Bolonia, donde Diego Becas colaboró junto a otros artistas jóvenes en la creación de ilustraciones para el libro Art of Protest, escrito por la activista afroamericana De Nichols.

Art of Protest permite a los lectores comprender cómo el color, el simbolismo, la técnica, la puesta en escena y mucho más juegan un papel vital en la comunicación a la hora de crear piezas gráficas usadas en protestas. Desde Extinction Rebellion y Black Lives Matter hasta el Movimiento por los Derechos Civiles de los años 50 y el Movimiento por los derechos de las personas con discapacidad en los años 70, el libro anima a los lectores a explorar lo que se necesita para generar un impacto visual colectivo a lo largo de la historia y en todo el mundo. Los consejos y sugerencias de la autora también animan a los lectores a crear su propio arte de protesta.

Según comentó Becas, este proyecto conjugó dos de sus grandes pasiones: el arte y la protesta visual reflexiva. Siendo un manual motivador para las nuevas generaciones de jóvenes que de manera activa están tratando de remediar los errores del pasado.

Actualmente la publicación está siendo utilizado en colegios, universidades y organizaciones civiles como un manual de recursos gráficos y narrativos para la creación de arte callejero de protesta: carteles, lienzos, stencils, volantes y stickers, entre otras técnicas y soportes.

Su historia

Diego Becas es un ilustrador, diseñador y artista multidisciplinario radicado en Santiago. Sus imágenes, evocativas y conceptuales, gritan, susurran o guardan silencio. Estas abarcan, entre muchos otros soportes, portadas de libros, carteles culturales y políticos, ilustración editorial, etiquetas de vino, bolsas de género, platos de cerámica, videos musicales, imágenes de marca, packaging, enormes murales y pequeños saludos de navidad.

Interpreta el mundo usando técnicas análogas como el grabado, papel recortado, madera, tinta, acuarela, acrílico, stencil, pequeños objetos creando escenarios alegóricos, tipografía manual y una paleta de colores reducida. Los resultados son metáforas visuales expresivas ricas en mensajes y texturas.

Formado como diseñador, desarrolla los proyectos de manera integral desde una mirada autoral. Creando el concepto, storytelling, la ilustración y el diseño final de la pieza. Clientes relacionados al ámbito de la cultura, las artes y el diseño han confiado en su lenguaje visual desarrollando su carrera, principalmente, en el mercado europeo.

A continuación, te presentamos en la Plataforma de Economía Creativa la entrevista realizada a Diego Becas donde contó sobre su premio, trabajo, metodología y visión sobre lo que es crear e interpretar imágenes hoy en día.

¿Cómo fue que se concretó tu participación en el libro Art of Protest?

El primer acercamiento que tuve con la editora de Big Picture Press, sello perteneciente a la editorial Bonnier Books UK, fue en el año 2019 cuando le presenté mi portafolio con la intención de colaborar en algún futuro proyecto editorial.

Las editoriales europeas respetan y valoran la propuesta estética e identidad de cada artista y, en base a eso, buscan el mejor proyecto acorde a tu lenguaje visual donde puedas desplegar tu visión gráfica a cabalidad.

Tiempo después, el año 2021, recibí la invitación para ser parte del proyecto del libro Art of Protest, escrito por la activista afroamericana De Nichols, ilustrado de manera colaborativa con otros cuatro artistas internacionales, cada uno con una propuesta gráfica diferente manifestando la diversidad de miradas y técnicas que en el arte de protesta tienen cabida.

El resto de los y las ilustradores son de diferentes países: Diana Dagadita (UK), Saddo (Bucarest), Olivia Twist (UK) y Molly Mendoza (USA) ¿Qué opinión tienes al ser el único chileno y latinoamericano de la selección?

Siempre genera una gran satisfacción personal y desafío profesional, el ser elegido entre tantos artistas de tan alto nivel que existe en Latinoamérica. Ese es un indicador de que has desarrollado tu trabajo con seriedad, amor y profesionalismo durante años, dando como resultado el ser invitado a formar parte de este proyecto.

En muchas ocasiones a lo largo de mi carrera he tenido el honor de haber sido el primer chileno y latinoamericano presente en espacios de diseño e ilustración de reconocido prestigio e influencia en nuestro rubro, tales como ser el primer diseñador gráfico chileno en exponer algunos de sus trabajos en el Museo de Artes Decorativas del Museo del Louvre;  ser el primer latinoamericano en ganar el prestigioso concurso World Illustration Awards en Londres; o ser el primer afichista ganador del Premio a la Excelencia en Diseño de Chile, otorgado por un proyecto de afiches manuales creados para un evento cultural. Estos son algunos ejemplos entre otros importantes hitos. Lamentablemente, y producto del poco conocimiento que hay en Chile de mi trabajo y trayectoria, estos hitos se desconocen en nuestro medio local, limitando el poder inspirador que estos logros pueden tener en las nuevas generaciones de diseñadores o al enriquecimiento de la disciplina local y a su historia.

A pesar de ello, siempre es un gusto poder ser el pionero en llevar una visión local con perspectiva internacional a proyectos de largo alcance como Art of Protest, un libro tremendamente conectado con el mundo de hoy y sus problemáticas globales. Es un proyecto que no mira ni añora el pasado, sino que enfrenta y propone una mirada de futuro desde la acción de los niños, niñas y adolescentes mediante el uso de la gráfica como herramienta de acción política.

¿Cómo se desarrolló este trabajo colaborativo?

La editorial confía plenamente en las cualidades y propuestas estéticas de cada artista seleccionado. Por tal razón, uno de los objetivos del libro fue mostrar que todo recurso visual es válido a la hora de defender, reclamar y exigir nuestros derechos civiles. En ese sentido, el trabajo de cada artista fue creado en completa libertad estética y material. El libro debía representar la diversidad del mundo y sus habitantes; por ello cada artista trabajó de manera independiente en sus ilustraciones sin intervenir en la de los otros.

El editor y el director creativo del proyecto son quienes velan por la coherencia global a partir de la diversidad estética y temática. Es ahí, en el momento en que se reúnen las ilustraciones, cuando el libro cobra sentido y explota su potencia al expresar la riqueza del mundo y de las técnicas gráficas que pueden ser usadas en el arte de protesta. Inspira a los niños a enfocarse en el mensaje y no en la forma. Entender que a la hora de protestar los materiales y formas simplemente son vehículos de comunicación. Lo valioso es lo que dices con ellos de manera inteligente, clara e inolvidable.

¿De qué manera te vinculas con el tema del libro Art of Protest?

Desde mis años como estudiante de diseño siempre me interesó el poder comunicativo y la belleza estética de los carteles de protesta, principalmente de las escuelas de carteles de Europa Oriental entre las décadas de 1940 a 1970; época de enormes y profundos cambios sociales y civiles en Europa y el mundo, años donde se definió el nuevo orden mundial que imperó hasta principios del siglo XXI.

Pero lo que más me atraía era la idea del diseño gráfico ubicado en el lado correcto de la historia. La labor gráfica puesta al servicio de la defensa de los derechos humanos y la democracia para reclamar justicia social y derechos civiles. Me conmueve y emociona el diseño de afiches y pancartas en manos de personas que sólo exigen dignidad y respeto, el diseño en manos de las minorías y los invisibles, la gráfica usada por personas disconformes con el orden mundial escrito por una minoría con inmenso poder económico, el que beneficia a pocos y perjudica a muchos.

Participar en este libro, lleno de posibilidades, cierra y reabre a la vez el círculo que inicié hace 20 años atrás con mis primeros trabajos underground de cartelismo social y político, los que pegaba en la calle sin que nadie me lo pidiera o enviaba a bienales internacionales de cartel político; carteles que en ese entonces ya delataban que algo en nuestro país no era como nos decían que era; en una época donde Chile se nos presentaba como la promesa de un paraíso, que hoy en día, sabemos que no era tal.

Es una forma de enseñar en parte lo que he aprendido y motivar a nuevas generaciones a ser actores y no espectadores del mundo en el que viven.

Tienes cinco páginas con tus ilustraciones en el libro, de las cuáles utilizas diferentes técnicas, ¿nos puedes contar de ellas y el proceso de creación?

Toda mi carrera se ha basado en el desarrollo de piezas gráficas creadas con técnicas análogas. La gran oportunidad de crear cinco ilustraciones diferentes para este libro, con su objetivo de incentivar a los jóvenes a crear su propio arte de protesta sin miedo a la experimentación, me permitió desplegar parte de mis conocimientos adquiridos y practicados en mi carrera durante años en diversos proyectos de diseño. En este libro pude reunir entonces dichas técnicas al servicio de un mismo propósito.

The student of Parkland es un escenario alegórico creado con madera y pequeños objetos. Algunos creados por mí y otros sacados de su contexto de uso original. Objetos cotidianos pero que, reorganizados, relatan la tragedia ocurrida el 2018 en la Stoneman Douglas High School, en Parkland, Estados Unidos.

Ver video de la ilustración con pequeños objetos para The students of Parkland:

Technology and protest art está creado con cartón recortado. Me pareció acorde usar cartón cortado manualmente para hablar del uso de las tecnologías en los movimientos sociales. La idea es abrir el diálogo respecto al sano y razonable equilibrio que debe existir entre las herramientas tecnológicas y el mensaje de protesta que se desea dar o la causa social que deseas defender. No se debe perder de vista el hecho de que la tecnología debe ser usada con sabiduría y perspectiva de derechos humanos  ya que de lo contrario puede dañar, e incluso, llegar al nivel de alentar golpes de Estado como vimos en países como Estados Unidos y su asalto al Capitolio; todo ello fue posible gracias a una documentada y efectiva estrategia de propagación de  fakes news, campañas del terror, montajes visuales y descontextualizaciones narrativas. 

Para que hechos así no ocurran debemos enseñar y alentar el desarrollo de una  verdadera sólida base ética anclada en los derechos humanos universales. Debemos aprender que “la verdadera tecnología avanzada” no son los smartphones ni las redes sociales, sino, el sentido de lo humano que hay detrás de cada batalla dada por los movimientos sociales contra las desigualdades, injusticias y actos antidemocráticos.

Why art matter in social movements y Over to you están creadas con stencil. La técnica que, a pesar de los avances tecnológicos, jamás ha perdido su potencia comunicativa, efectividad emocional y sentido democrático a la hora de llevar a imágenes un sentir, un malestar o una petición de justicia social. Es una técnica democrática debido a que puede ser usada por personas de todas las edades y de bajo costo en su implementación. La simpleza de sus materiales y su capacidad de repetición sigue siendo insuperable a la hora de expresar tu opinión en la calle.

Con Over to you tuve el privilegio de ilustrar el epílogo del libro escrito por la autora De Nichols. Me pareció coherente usar stencil en esa ilustración como símbolo de la esencia de la gráfica de protesta y puente entre los activistas del pasado y del presente: jóvenes como su autora comprometidos con el mundo y sus asuntos. Me pareció significativo unir una técnica tradiciónal o “antigua” para graficar palabras contemporáneas y jóvenes. Solo uniendo el pasado con el presente se puede crear un futuro.

El libro inicialmente está creado para jóvenes de todo el mundo, de entre 11 a 18 años, con inquietudes sobre el tema. En una de las descripciones se menciona “This is a book filled with mission and purpose” o “Este es un libro lleno de misión y propósito” ¿Por qué crees que está enfocado a esa edad? y ¿cuál sería para ti la misión y el propósito?

Está enfocado a esa edad para que desde pequeños los niños aprendan a reconocerse como actores políticos por el simple hecho de estar vivos y ser parte de una sociedad, por ende, todo lo que hagan, digan, defiendan y exijan tendrá un efecto en la vida de los demás.

Asimismo, para que puedan aprender, desde sus primeros años, que como sujeto de derecho pueden protestar y exigir mejoras en las injusticias e inequidades de todo tipo, ya que la protesta no es un crimen ni un delito sino un derecho humano irrevocable. Sentir que al protestar estas siendo un ciudadano ejerciendo un derecho que adquieres al nacer y no un delincuente cometiendo un crimen; concepto que los medios de comunicación tratan de implantar para que las personas no salgan a expresar sus demandas y sientan culpa o miedo al hacerlo.

Lo potente es aprender a luchar por las causas de otros, incluso cuando no sean las tuyas ni ese problema te afecte directamente, aunque todo problema nos afecta a todos de alguna manera. Eso es sentido de colectivo, empatía y solidaridad. Esa es parte de la misión y el propósito del libro.

El libro fue ganador del Bolognaragazzi Award/ Feria del Libro Infantil de Bolonia 2023 ¿Cómo ha sido esta recepción para tu trabajo?

Ganar el premio más importante del mundo dedicado al libro ilustrador infantil y juvenil siempre será un aval que garantiza de que eres un profesional que posee un relato coherente, que tienes algo que decir a los demás, con una visión integral de tu trabajo, con un alto dominio de la técnica y comprometido con su calidad final. Avala tu obra como un trabajo perdurable y que, al encargarte un proyecto, tu visión mejorará el encargo y tendrá larga vida.

Desde el extranjero he recibido de parte de mis colegas diseñadores, ilustradores y editoriales gran afecto y felicitaciones por este premio. Lamentablemente no ha sucedido lo mismo de parte de los diseñadores, ilustradores ni editoriales chilenas. Lo interpreto como si para la industria creativa local no hubiera ganado este premio.

¿Cómo fue la ruta creativa del libro, desde que se gestó la idea hasta el final?

Cuando trabajas para editoriales británicas, la ruta creativa es fluida y clara. La confianza que los editores tienen en el artista permite que el proceso se desarrolle sin obstáculos o desconfianzas hacia el resultado final. Te seleccionan porque saben que eres el indicado para llevar a cabo el proyecto y elevarlo con tu propuesta. El editor primero te explica las causas y objetivos del libro, y luego te deja en total libertad para transformar en imágenes esas causas y objetivos antes planteados, darle forma visual al espíritu del libro.

Bocetos, propuestas y arte final se desarrollan con confianza y respeto entre editor, director creativo y artista. Todos confiamos en el buen criterio y experiencia de cada parte, oyendo los consejos, observaciones y propuestas de cada uno con el objetivo de realizar un libro de excelencia. El Bolognaragazzi Award obtenido por este libro demuestra que ese es el proceso creativo correcto que todo proyecto debería tener.

¿Qué planes de trabajo tienes en el futuro?

En la actualidad estoy trabajando en las ilustraciones para el stand de Chile en el Amsterdam Wine Festival en los Países Bajos. También estoy desarrollando la portada de un libro para una editorial argentina, un mural para un restaurante y la ilustración para una marca de textiles con fibras naturales peruanas. Hace unos días acabo de terminar la portada de un libro para España y estoy en conversaciones con el Centro Cultural Recoleta en Buenos Aires para ver la mejor manera de colaborar con ellos dentro de sus campañas gráficas y actividades culturales.

Mis planes para este 2023 consisten en seguir desarrollando portadas o arte para interiores de libro y ampliar mi lista de clientes editoriales. Solamente en la diversidad y pluralidad de contenidos mi trabajo gráfico, y yo como artista, podemos evolucionar y generar un verdadero aporte para el futuro.

También me interesa seguir llevando mi visión gráfica a otros productos culturales, lo que ya he llevado a cabo, pero al igual que con el rubro editorial, tengo interés en trabajar con nuevos lugares y clientes tales como centros culturales, museos y salas de teatro; crear la gráfica y el arte para festivales de diseño, música, cine, teatro, gastronomía u otros; proyectos para bibliotecas, colegios y hospitales, así como trabajar con emprendedores o marcas emergentes con propuestas contemporáneas y que me parezcan interesantes. Espero también acercar a más personas a mi proyecto de bolsas ilustradas Pagan Gods Tote Bags.

En este momento de mi carrera, luego de más de 20 años de trayectoria, desearía aplicar en proyectos y actividades culturales chilenas la experiencia que he adquirido con clientes en el extranjero en los diferentes rubros en los que he desplegado mi propuesta y visión estética en diseño e ilustración.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiere empezar a dedicarse a la ilustración?

Primero que todo le aconsejaría el que desarrollara una base contundente de acervo cultural; nutrido en el conocimiento de la historia del arte, las humanidades en general y el desarrollo del pensamiento crítico. Que adquiriera solidez intelectual con la cual podrá desarrollar propuestas con sentido y coherencia, tanto en su forma como en su mensaje. Después de eso, y en paralelo, dibujar y practicar. Y, al igual que los artesanos nipones, nunca llegar a creer que ya dominas del todo tu oficio.

En segundo lugar le recomendaría no buscar en sus seguidores de redes sociales opiniones  acerca de su trabajo. Estos halagos pueden ser con buena intención, pero al ser motivados por el entusiasmo y la emoción que genera el poder comunicarse con quien admiras en Instagram, carecen de una mirada crítica y razonada respecto al contexto del proyecto, su mensaje, calidad técnica y objetivos. Con el tiempo y la acumulación se transformará en un halago repetitivo y monótono que no le permitirán mejorar o evolucionar. Aumentará su ego y la autocomplacencia propia de la zona de confort, pero no ampliará la calidad de su trabajo ni su profundidad. Si el verdadero interés de ese futuro artista es la calidad de su trabajo y no la popularidad de su propia imagen como objeto de consumo y vehículo de autopromoción, le aconsejo el que pida la opinión a profesionales que admire pero que no lo conozcan para nada. Ellos le darán una opinión no como su fan, seguidor o alumno, sino como un colega con experiencia y sin carga emocional de por medio. Le dará un consejo útil.

Más información en https://diegobecas.com/art-of-protest

Contacto:
diegobecas@gmail.com

web:
www.diegobecas.com

Instagram
@diego_becas

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