“TRABAJO EN LA VÍA PÚBLICA PARA TENER CONTACTO DIRECTO CON LA GENTE”

MercadoCul se ha convertido en la principal vitrina de la economía creativa en Chile. La herramienta web de difusión y articulación de redes para el sector cultural le entrega al público acceso gratuito a una multiplicidad de bienes, servicios, obras y proyectos; frutos del trabajo de creadores y creadoras de todo el país.

Esta iniciativa desarrollada por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, en colaboración con la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), cuenta con emprendimientos originales y permite filtrar las búsquedas por medio de palabras claves, territorio o disciplina artística. 

Hoy te presentamos a David Dyogananda, uno de los artistas de MercadoCul. 

Plaza de Armas es un punto neurálgico para la sociedad chilena. Su relevancia no sólo reside en su trascendencia histórica: es también un lugar de encuentro de distintas expresiones artísticas, las cuales logran acaparar la atención de los transeúntes y combatir el acelerado ritmo de la urbe. Uno de los protagonistas del actual movimiento artístico presente en el mítico kilómetro cero es David Dyogananda, pintor y presidente de la Fundación Academia de Arte Urbano, que agrupa a los artistas del casco histórico de Santiago, puedes revisar aquí su presencia en MercadoCul.

El autor comenzó su carrera pintando paisajes, faceta que le ha permitido vivir del arte. “Tengo cuadros para los turistas, pero también tengo mis cuadros personales con un enfoque más abstracto (…) Los paisajes de Chile los fui recopilando cuando empecé a viajar en los cruceros. Cada vez que viajaba pintaba los lugares que veía, para los turistas que iban dentro del crucero”, recuerda.

Por otra parte, sus obras abstractas, señala el artífice, representan la búsqueda del equilibrio en el caos. “Cuando la realidad se transforma y se hace un poco más dura, uno se va volviendo cada vez más abstracto”, dice. Su trabajo se basa en el uso de técnicas mixtas, destacando la textura como recurso creativo aplicado a sus cuadros.

Juglares modernos

Su interés por la pintura siempre estuvo allí, no obstante, su camino artístico fue motivado por la idea de sacar las obras de los museos y galerías para llevarlas al espacio público, y así propiciar el acceso a la cultura y la interacción con el espectador. “Soy un pintor in situ. Trabajo en la vía pública para tener contacto directo con la gente”, asegura. 

Como lo expresa su nombre, la Fundación Academia de Arte Urbano, que David preside, también encarna esta visión. Su historia se remonta al 2002, año en que nace el centro cultural Escuela de Arte Urbano, que surgió como respuesta a las dificultades que enfrentaban los artistas respecto a los permisos y al uso de los espacios. Esta organización creó los cimientos de la actual fundación, que surgió hace cuatro años y que hoy cuenta con representantes de diversas expresiones artísticas: pintores, comediantes, estatuas humanas, artistas circenses; quienes se han organizado para seguir posicionando su trabajo. “Como fundación llegamos a un acuerdo con la Municipalidad de Santiago. Se creó una mesa de trabajo, espacio en que se están logrando ciertos avances en el proceso de dignificar el arte en el casco histórico”, comenta. 

Además, los/as artistas de Plaza de Armas son actores claves en la lucha diaria por recuperar este lugar que se ha visto vinculado a una serie de hechos delictuales. “Somos la barrera de contención cultural hacia todo lo que está pasando dentro de la plaza. Nuestra misión siempre ha sido la prevención del delito mediante la recuperación de los espacios públicos, ese ha sido nuestro bastión de lucha para salir adelante. No podemos dejar que la delincuencia se tome nuestros espacios. Tenemos que recobrarlos para la gente y para nosotros, abrir estos sitios para el arte y la cultura”, enfatiza.

Para el pintor el arte urbano es  un arte en expansión que rompe con lo estático, cuyo proceso está a disposición de quien quiera ser parte de él. La plaza se transforma en su taller creativo, el que está siempre abierto a la comunidad.  “Como estás en comunicación constante con el espectador ellos mismos van creando tu obra, es una obra compartida con el público. Mi expectativa es que vuelva el arte hacia los juglares. El artista se forma en el espacio urbano, en la calle, directamente con el espectador”, concluye.