En el contexto del Encuentro de las Economías Creativas, CHEC 2022, realizado el 12 y 13 de diciembre del año 2022, se llevó a cabo esta iniciativa en la sede de la Fundación Núcleo Humanitario, a cargo de la Fundación Rectángulos de Agua, cuyo propósito es promover la cultura, el arte y el patrimonio.

La Hora de la Once Huacha es un espacio de conversación horizontal -nacido en el periodo de pandemia-, y que tiene como objetivo promover una reflexión y expresión de diversas materias ligadas a una amplia concepción de la cultura como forma de habitar el mundo de las comunidades, con sus expresiones simbólicas y materiales y los diversos lenguajes que las modulan. Su sustrato es la noción de comensalismo entendido como la acción de comer juntos, de compartir una mesa común que entrega la posibilidad de hermanarse y de establecer conversaciones de los diversos en igualdad.

En esta ocasión, la invitación fue a practicar el comensalismo con la once como práctica cultural chilena, y a co-construir, en base a una conversación libre y plural, un pensamiento ligado a los haceres de cada comensal en torno a la pregunta: Economías Creativas: ¿mecenazgos públicos, privados o autogestión?. Los(as) participantes, en esta Hora de la Once Huacha fueron Wiki Pirela, Chantal Signorio, Fabiola Leiva, Felipe Mujica, Jonny Labra, Camila Casanova, Cristina Guerra, Marta Salgado, Paula Walker, Carolina Leitao, Gladys Sandoval, Rolando Báez, Paula de Solminihac, Verónica Tapia, Sandra Caqueo, Antonella Estévez, Andrea Ocampo, Kiltro Ex Suelto, Eduardo Vásquez, César Muñoz y Xavier Altamirano.

El ejercicio de la co-construcción de la respuesta a la interrogante se inició con una presentación, la experiencia de cada comensal y un debate colectivo, que enriquecieron y ampliaron la definición de lo que se entiende por Economía Creativa. Así las cocinas, los relatos orales de diversos géneros, la escritura, el muralismo, las artesanías, la gestión cultural, la curatoría patrimonial, entre otras acciones creativas, emergieron para proponer su inclusión en el término, así como los diversos sujetos que las animan y reproducen (como los(as) migrantes, los(as) campesinos(as), entre otros). Del mismo modo, se planteó el papel de la cultura en el desarrollo social y su sentido como significante simbólico que entrega cohesión e identidades, tomando en cuenta la dirección y concepción de un desarrollo que no se debiera centrar solo en el consumismo, sino también en el goce, el pensamiento, la educación y la sostenibilidad local y nacional.

Así como plurales fueron las expresiones culturales presentes en cada mesa, también las respuestas a la interrogante formulada. En muchos casos, se trató de la combinación de estrategias para mantenerlas y ampliarlas; en otros se consideró que la participación del Estado proveyendo recursos era imprescindible, pero con un cambio en los modos de distribución y acceso, desburocratizando los procesos y centrando la gestión pública en la elaboración de políticas robustas y coherentes con la situación y posición de los(as) creadores(as). También el papel de los privados y empresas fue tratado, enfatizando en su relevancia y en la necesidad de revertir su participación estimulando su generosidad y trabajo conjunto con el Estado, así como destrabando los mecanismos de las donaciones culturales. Sin duda, la autogestión fue uno de los principales pivotes en el que descansan las economías creativas y desde allí la fuerza que adquieren, pero también su precariedad.

Las mesas en general convergieron en la necesidad de encontrarse con personas provenientes de los diversos sectores no contenidos en los conceptos clásicos de las economías creativas y en la sinergia y co-construcción de un camino posible, urgente y común que expanda las miradas, políticas y acciones en torno a una definición re-leída y estructurada con los aportes de todos(as) en el contexto de nuestro país.

Sonia Montecino, presidenta de la Fundación Rectángulos de Agua, argumentó que “la solidaridad y confianza que produce el comer/conversar en una mesa donde no hay jerarquías en el habla y en la procedencia, permite que avancemos en una cultura de la cooperación y el placer como sentidos para una comunidad, como la chilena, que necesita conocerse, ‘afectarse’ y configurarse en sus más profundas cuerdas y sonidos. Este encuentro para responder una pregunta crucial para el desarrollo de lo que vamos a entender como Economía Creativa, ha sido un primer paso que agradecemos al Encuentro CHEC, como un hilo valioso de lo que podría ser una trama vigorosa y colectiva para el fortalecimiento de la cultura en tanto sustrato de cualquier desarrollo en Chile”.

Te invitamos a ver el extracto La Hora de la Once Huacha en CHEC 2022