MercadoCul es una iniciativa desarrollada por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, en colaboración con la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), que cuenta con los emprendimientos artísticos más originales del país. La herramienta web se ha transformado en un importante punto de encuentro de la economía creativa nacional.

Hoy te presentamos a Rakizuam, una de las organizaciones que forman parte de  MercadoCul. Puedes revisar sus productos en el siguiente link: https://mercadocul.cultura.gob.cl/agente-cultural/rakizuam/

Rakizuam es una organización sin fines de lucro creada en 2008 por la Fundación Chol-Chol, que trabaja arduamente en generar igualdad y oportunidades en el sector de la artesanía. Esta tienda nace de la invitación que el Museo Regional de La Araucanía le realizó a la fundación para que administrara en sus dependencias un espacio cultural, regional y respetuoso de los valores del comercio justo. 

“Nuestra fundación cuenta con una certificación de la Organización Mundial del Comercio Justo. Esto quiere decir que todos nuestros artículos están realizados cien por ciento a mano, con productos nobles y bajo condiciones dignas de trabajo. Esta situación suscitó el interés del museo en nuestra gestión, que nos invitó a hacernos cargo de un espacio cultural para realizar promoción y difusión directa con los/as artesanos/as”, señala Susana Ortiz, directora ejecutiva de Fundación Chol-Chol.

Tal como lo explica Susana, rakizuam significa pensamiento. Para la cultura mapuche, profundiza, el rakizuam viene desde lo que se observa, desde lo que se siente, desde lo que se realiza, desde las formas que están implícitas dentro del entorno de cada cultor/a. “Este concepto surge directamente de las conversaciones con los/as artesanos/as y cumple perfectamente con lo que queremos reflejar”, dice.

La iniciativa está conformada por artesanos/as provenientes principalmente de zonas alejadas de Temuco, comuna donde se encuentra ubicado tanto el museo como la fundación. La platería, alfarería, pintura, textilería, son algunas de las técnicas que se pueden apreciar en Rakizuam.

Cada producto, comenta la directora de la fundación, lleva una etiqueta con la identificación de su autor/a y un código QR que permite al público acceder a su historia. “Trabajamos genuinamente por rescatar las técnicas y desarrollar la actividad artesanal. Siempre decimos que los productos tienen un rostro y, desde ese punto de vista, la tienda y las gestiones que la fundación realiza dicen relación con mostrar lo que significa el empoderamiento respecto a una técnica artesanal”, añade.

Desafíos y proyecciones

Para Susana Ortiz, combatir el efecto de las grandes cadenas o de las importaciones de productos que vienen desde el extranjero es uno de los grandes desafíos que enfrenta la producción artesanal. “Entre nuestros objetivos primordiales se encuentra el demostrar que los productos de nuestro territorio también pueden estar en cualquier parte de Chile o del mundo, que pueden ser parte de nuestros hogares y utilizarse de forma práctica, como lo hacemos con artículos importados o foráneos que llegan a la región”, aclara.

Respecto a las acciones a tomar para continuar potenciando el sector artesanal, argumenta que debiesen existir programas a más largo plazo por parte del Gobierno, ya que en ocasiones se “folcloriza” el rubro y “queda estacionado en fechas emblemáticas del año. “Hay que entender a la artesanía como un oficio y un proceso de trabajo que se establece durante todo el año y no sólo durante épocas específicas”, enfatiza.