Te presentamos en la Plataforma de Economía Creativa la entrevista a Sebastián Saam, director alemán del documental “El arte de perder”, cinta que fue recientemente estrenada y premiada en el 18ª Festival internacional de cine y documental musical In-Edit como Mejor Documental Nacional 2022.

Sebastián es autor de varias series de televisión y documentales en Europa, reportajes periodísticos y más. Presentó “El arte de perder” en el Teatro Nescafé de las Artes el 10 de diciembre del 2022 con música en vivo de Andrés Godoy, protagonista de su documental.

“El arte de perder” cuenta la historia del compositor, intérprete y productor Andrés Godoy (San Antonio, 1953), quien no es un músico como los demás. Su forma de tocar la guitarra es mágica, pues técnicamente parece imposible. Cuando tenía 14 años, Godoy perdió el brazo derecho en un accidente de trabajo. Contra todo pronóstico, al poco tiempo se liberó de la depresión, la frustración y el dolor de su vida y persistió en la música. Practicó a solas, estudió el estilo de sus ídolos (Robert Fripp, Egberto Gismonti y Ralph Towner), se integró a dúos y bandas importantes (Los Cráneos, Andrés, Ernesto y Alejaica), se radicó un tiempo en Buenos Aires, y al fin desarrolló una técnica única en todo el mundo, el TAPTAP. Hoy recorre el mundo, mostrando en cada cita con la audiencia un espacio de música cruzado por la motivación, comunicación y libertad.

¿Cómo nació la idea de hacer este documental? ¿De dónde surgió el primer boceto?

Hace unos diez años conocí al músico chileno Mauricio Contreras. Él es guitarrista y cantante del grupo de metal Huinca y vive cerca de Berlín con su mujer alemana. Cuando me invitó a su casa un día me contó que debería hacer una película sobre Andrés Godoy. De hecho, Mauricio fue su alumno en las Escuelas de Rock. Me contó que Andrés sólo tenía una mano y que tocaba la guitarra. Se entusiasmó mucho por el tema de la técnica de Andrés y la resiliencia que tuvo para luchar contra su discapacidad. Debo admitir que en ese momento esto no me convenció del todo. Pasó algún tiempo y el 2014 Andrés fue a Alemania y dio algunos conciertos; y en esa oportunidad aprovechó de tocar en la casa de Mauricio. Presencié la tocata, eso cambió todo. Las canciones y el personaje de Andrés me llamaron mucho la atención. El día siguiente lo encontré en un café en Berlín y hablamos de un eventual documental. Creo que en esa instancia hubo una cierta conexión entre nosotros. Siento que nos encontramos con la idea de que la discapacidad no debía ser el único enfoque de la película. Nada de circo barato, nada de espectáculo del morbo en donde lo central fuera tener solo un brazo. De hecho nos quedamos con la idea que no íbamos a mostrar la discapacidad de Andrés durante los veinte primeros minutos de la película.

¿Por qué titulaste de esa manera el documental?

Durante un largo tiempo la película se llamaba “TATAP – Contra viento y marea”. TATAP por la técnica de Andrés, y “Contra viento y marea” porque Andrés lo dice de esa manera en una de nuestras entrevistas: “Decidí ser músico contra viento y marea”. Hasta que llegaron los primeros comentarios de las personas que vieron el documental, quienes no entendían la palabra o el significado inmediato de TATAP. Nos comentaban que nadie lo iba a entender. Además, nos pasó que el título “Contra viento y marea” al parecer era el nombre de una teleserie en México. Así que miramos otra vez y nos preguntamos ¿cuál es la idea que transmite esa película? En este proceso nos acordamos de otra frase emblemática de Andrés, que parece sencilla, pero que resume muy bien la trama de la película: “El perdedor no tiene nada más que perder, por eso en cada momento puede asombrarse”. En un momento pensé: ese es el título de la película. Como es un poco larga la frase después se me ocurrió combinar el arte (lo que hace Andrés) con la perdida, y de esa manera salió el título final, del cual estoy muy contento porque nos hace entender el concepto de la película en una frase corta y precisa.

¿Cómo fue tu ruta creativa, es decir, cómo fue el inicio del proceso hasta la entrega final? ¿Cuál fue el gran descubrimiento?

La ruta creativa se gestó desde un inicio a través de la relación humana con Andrés. Estamos hablando de una película sobre un tema complejo. Además, mi equipo de producción viene de países como Alemania o Austria, que son muy muy lejanos a Chile. Así que hay que encontrar un denominador común. Lo encontramos en el humor, en la alegría de viajar, de compartir, de pasarlo “chancho”, como dicen ustedes. En ese contexto logramos realizar escenas muy lindas, en tres continentes diferentes, en ocasiones muy dispares. Yo estoy convencido que esta película no se hubiera podido hacer sin esto. Andrés es una persona muy ordenada y controlada, más alemán que los alemanes (jajajaja). El desafío fue siempre encontrar un equilibrio entre el deseo de Andrés de controlar todo y el nuestro de mostrar al “verdadero Andrés”. Lo bueno es que con el tiempo logramos combinar ambas cosas.

¿Nos puedes contar de qué se trata la técnica única en todo el mundo, el TAPTAP de Andrés Godoy?

Creo que hay una explicación simple. Andrés toca la guitarra con la única mano que tiene, así que todo lo que hace otro u otra guitarrista con sus dos manos, él lo tiene que hacer con una. La técnica consiste en mostrar que una mano, incluso sus cinco dedos, pueden armar un equipo de trabajo eficaz y equilibrado. 

¿Por qué te interesó desde Alemania la historia de Andrés Godoy?

Yo creo que la historia es un cuento universal, así que no importa si soy de Alemania y Andrés de Chile, yo podría ser de India y él de Mongolia y sería lo mismo. Así que no importa mi nacionalidad. Temas como la perdida, la resiliencia, la esperanza, la inspiración son cosas que nos mueven a todos y a todas, y nuestra nacionalidad, nuestra religión, nuestra cultura, no tienen ningún papel en esto. Somos todos seres humanos y sentimos estas mismas sensaciones de la misma manera alrededor del mundo.

¿Cómo fue la experiencia el día que lo estrenaron en el festival In-Edit junto a Godoy?

Creo que ese fue el día más duro durante todos estos ocho años de producción, porque vinieron sus amigos, sus compañeros, gente que lo conoce mejor que yo. Este día fue la prueba final para poder saber, a través de estas miradas, si hicimos un buen trabajo. Godoy, como siempre se preparaba en el backstage para su concierto, creo que ni siquiera vio la película ese día y tampoco sabía cómo iba a reaccionar el público. Pero se reían mucho, aplaudían, lloraban, así que tengo la impresión de que que funcionó bien. Cuando nos abrazamos en el escenario después del estreno sentí fraternidad, algo muy bello. 

¿El documental fue ganador a Mejor Documental Nacional 2022? ¿De qué manera ayuda este premio a su difusión?

Creo que eso fue importantísimo para lanzar la película, sucede que con los documentales siempre se busca primero estrenar en los festivales. De ahí se crea “un nombre” y después puedes venderla a la televisión o a plataformas digitales. El hecho que hayamos ganado un premio en el primer festival donde estrenamos la película es enorme, y sobre todo en Chile, el país originario del protagonista. Y se suma a que el festival In-Edit que es muy conocido por ser un encuentro de documentales sobre la música, y estar en un festival con obras sobre Cesaria Évora, Leonard Cohen y más ya es algo muy especial. 

¿Cómo ha sido recibido el documental en Chile? ¿Hay planes para mostrarlo en el extranjero? En el

Festival In-Edit la reacción del público fue fantástica. No pensamos que se iban a reírse tanto, ni que iban a ovacionar la película al final como lo hicieron. El próximo paso será, por supuesto, estrenarla en el extranjero, postulamos a varios festivales por el mundo entero, pero es temprano para hacer grandes anuncios. 

¿Qué consejos le darías a alguien que quiere realizar por primera vez un documental?

Después de haber realizado esta película sólo puedo decir: lo más importante es que uno de verdad quiera contar la historia que quiere contar. Si la pasión está, no es importante el aspecto económico, estratégico y las plataformas de redes sociales. Sigue en tu camino sea cual sea, no te rindas en estos circuitos que pueden ser y parecer duros y cerrados. En varios instantes durante esta producción yo perdí la fe y dudé si algún día íbamos a terminar la película o no, sobre todo por el tema de recursos que faltaban, pero al final, la película misma se hizo contra viento y marea.

Ver el tráiler «El arte de perder»